A menudo no somos conscientes de la importancia del Edge Computing
Cuando hablamos de redes, hablamos necesariamente de Arquitectura. Las decisiones sobre como orquestamos los modelos de datos, comunicación, sensores y computación son la base de cualquier entorno de red ya sea pública o privada. Las redes inteligentes basadas en arquitecturas Edge nos permiten unir la fuerza de sistemas sensoriales (dispositivos que recogen datos y los analizan dentro de su capacidad de computación), con la potencia adicional de sistemas de alta computación como puede ser un Datacenter de nube pública.
«el Edge forma las terminaciones nerviosas del sistema inteligente, mientras el Datacenter es el cerebro central»
En este modelo la Intelligent Cloud es el cerebro central de cualquier sistema Edge en la nube. La nube inteligente es la parte interna de computación en Datacenters de nube pública(lo más habitual) incluyendo servicios de Inteligencia Artificial y analítica.
La arquitectura de la red se convierte en Intelligent Edge, cuando incorporamos dispositivos inteligentes de forma ubicua por todo el planeta. Smartphones, sensores, cámaras, y cualquier tipo de dispositivo de entrada de información con capacidad de computación forman el «Edge». Podemos decir que el Edge forma las terminaciones nerviosas del sistema inteligente, y está formado por millones de sistemas y dispositivos conectados que recopilan y analizan datos en puntos cercanos a la ubicación del usuario. Con ello se obtiene información y respuesta en tiempo real con un factor contextual que le añade valor extra. Los dispositivos que forman parte del Edge Computing están en el punto más lejano del Datacenter, de ahí su nombre, están en el «Borde» de la Nube, e interactúan en el sistema con cierta independencia. Este hecho multiplica la potencia de computación del sistema Cloud completo.
«EDGE + 5G son la base del mayor cambio social que nos espera en los proximos años… y ya está aquí»
Escenarios muy claros de los beneficios del Edge computing son los entornos de Internet de las cosas (IoT), en los que miles de dispositivos conectados a servicios Cloud, son capaces de fusionar su propia capacidad de acción individual, con la capacidad de un Datacenter central de computar toda la información agregada del conjunto de dispositivos conectados.
El uso de Edge computing es muy palpable en entornos de uso personal, pero también en entornos industriales y empresariales. Por ejemplo, la conducción asistida y los vehículos autónomos se basan en arquitecturas Edge donde cada vehículo es una entidad propia con capacidad de recogida de datos, análisis y a la vez comparte tareas con un sistema central de inteligencia con todo el sistema consigue tener un rendimiento y eficacia mucho más completo, a la vez que cada vehículo participa de una unidad común de funcionamiento ordenado.
Las ciudades inteligentes son otro de los escenarios más típicos. Miles de dispositivos tomando datos y decisiones que a su vez están conectados a una unidad de central que ordena todo el sistema y permite tomar decisiones estratégicas sobre el mismo.
5G y sus evoluciones forman «el potenciador» del Edge. Con toda seguridad la capacidad de hiper-conexión llevará a nuestra sociedad a un cambio exponencial en el uso de sensores, sistemas autónomos, robots y al control de todos y cada uno de ellos bajo un mando central en la nube. Está mucho más cerca de lo que creemos, de hecho ya está aquí.
Pronto miles de dispositivos y robots (no hablo sólo de los que tienen ojos y forma humana sino infinidad de sistemas sensoriales capaces de realizar tareas), se encargarán de tareas concretas a la vez que están conectados a un cerebro central. Esto genera un cambio social de dimensiones extraordinarias y afectará a la forma en la que interpretamos el mundo.
Edge computing y 5G, forman el tandem perfecto para la siguiente revolución tecnológica en la que los dispositivos se convertirán, quizás, en entidades sociales con necesidad de gobierno y control. ¿Riesgos del Edge Computing? los hay, sólo hay que pensarlo un poco, pero está aquí para quedarse y multiplicarse.