La IA ha revolucionado múltiples sectores, desde la automatización industrial hasta la generación de contenido digital. Sin embargo, su crecimiento exponencial conlleva un desafío crítico: el consumo energético. Un informe reciente de Beyond Fossil Fuels advierte que la demanda eléctrica de los centros de datos en Europa podría aumentar hasta un 160% para 2030, alcanzando los 287 TWh anuales, lo que equivale al consumo total de España en 2022. Con episodios recientes como el gran apagón del lunes 28 de abril, varias voces han alertado del peligro que supone no tener una infraestructura suficiente en Europa para mantener tal demanda de energía, así como los problemas medioambientales.
El impacto ambiental y energético
Este crecimiento plantea preocupaciones ambientales y estructurales. Si la energía utilizada para alimentar estos centros de datos proviene de fuentes fósiles, las emisiones de CO₂ podrían dispararse de 5 millones de toneladas en 2025 a 39 millones en 2030, superando las emisiones combinadas de países como Lituania y Estonia. Además, la infraestructura eléctrica europea podría verse sobrecargada, especialmente en países con una alta concentración de centros de datos, como Irlanda, donde ya representan el 21% del consumo eléctrico nacional.
En el caso de otros países de la Unión Europea, como es el caso de Alemania, su política energética de los últimos años ha generado no poca polémica, tanto a nivel de estabilidad energética para su ciudadanía e industria (alto precio de la luz) como en forma de emisiones. Con las nucleares fuera de juego y su abandono tras el accidente de Fukushima, estas decisiones llevaron al país a depender más del carbón y el gas natural. Esto ha provocado un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero y una mayor dependencia de fuentes externas de energía.
Además, aunque Alemania ha impulsado las energías renovables, estas no siempre garantizan un suministro constante, lo que ha generado fluctuaciones en el precio de la electricidad y problemas de estabilidad en la red. Según un análisis de PwC, si Alemania hubiera mantenido sus plantas nucleares, la generación libre de emisiones en 2024 podría haber alcanzado el 94%, en lugar del 61% actual, por lo que la dependencia de combustibles fósiles hubiese sido bastante menor.
España y su preparación ante el reto energético
España no es ajena a este desafío. Aunque el informe de Beyond Fossil Fuels no se centra específicamente en nuestro país, el aumento en la demanda energética proyectado equivale al consumo total de electricidad de España en 2022. Esto plantea interrogantes sobre la capacidad de la infraestructura eléctrica nacional para sostener un crecimiento tan acelerado, y sin comprometer la estabilidad del suministro.
En nuestro país las dudas no parecen más que crecer, dado que el mix eléctrico del que disponemos no garantiza actualmente un suministro estable, como pudimos experimentar el pasado abril con el gran apagón. E incluso, países como Portugal ya no quieren depender de nosotros para dar vida a su red eléctrica, lo que aumenta aún más la incertidumbre.
Soluciones y estrategias para un futuro sostenible y estable energéticamente
Para mitigar estos riesgos, es fundamental apostar por tecnologías que aseguren un suministro fiable y sobre todo, seguro.
Por un lado, tener de nuestro lado energías renovables: la expansión de fuentes limpias, como la solar y la eólica, es clave para evitar una dependencia excesiva de los combustibles fósiles. Por otro lado, otro factor clave que los expertos sugieren, es una combinación de renovables limpias junto con la estabilidad de la nuclear, que garantizaría una solución segura y estable al problema energético actual.
La apuesta por los SMR, una solución nuclear moderna y muy interesante
Los reactores modulares pequeños (SMR, por sus siglas en inglés) son una nueva generación de reactores nucleares diseñados para ser más compactos, eficientes y seguros que las plantas nucleares tradicionales. Su modularidad permite una construcción más rápida y flexible, lo que los hace ideales para complementar las energías renovables y garantizar un suministro estable de electricidad.

Planes en la UE
La Unión Europea ha comenzado a apostar por los SMR como una solución para la crisis energética y la transición hacia una energía más limpia. La Comisión Europea ha anunciado la creación de una Alianza Industrial centrada en el desarrollo de estos reactores. La idea es que los SMR puedan proporcionar energía de manera más rápida y con menores costos que las plantas nucleares convencionales, evitando los retrasos y sobrecostes que han afectado a proyectos como el reactor Olkiluoto 3 en Finlandia.
Además, el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución sobre los SMR, destacando su papel en la seguridad energética y la reducción de emisiones. Se espera que países como Francia, Polonia y Suecia lideren la implementación de esta tecnología en la región.
El caso particular de España
En el caso de España, a diferencia de otros países europeos que han optado por mantener o incluso expandir su capacidad nuclear (ya sea con reactores tradicionales o los nuevos SMR), España ha decidido cerrar progresivamente sus centrales nucleares, lo que podría aumentar la dependencia de combustibles fósiles y generar fluctuaciones en el precio de la electricidad. La falta de una fuente de respaldo firme podría hacer que el país enfrente mayores desafíos en términos de estabilidad energética y emisiones de CO2.
La solución podría pasar por un mix energético más equilibrado, combinando renovables con tecnologías de respaldo como los reactores modulares pequeños (SMR). Sin embargo, la decisión política en España sigue alejándose de esta opción, lo que genera incertidumbre sobre la capacidad del sistema para garantizar un suministro estable en el futuro.
Situación en el resto del mundo
A nivel global, los SMR están ganando terreno en países como:
- Estados Unidos: ha invertido en el desarrollo de SMR con empresas como NuScale, que ya tiene proyectos en marcha.
- China: ha inaugurado recientemente una planta nuclear basada en torio, explorando nuevas variantes de SMR.
- Rusia: ha desplegado reactores modulares flotantes para abastecer regiones remotas.
- Canadá y Reino Unido: también están avanzando en la adopción de esta tecnología.
Los SMR podrían ser clave para garantizar un suministro energético estable y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
El avance de la IA es una rueda que no debe pillarnos por sorpresa
El crecimiento de la inteligencia artificial en Europa es imparable, y su impacto energético no puede ser ignorado. La clave está en encontrar un equilibrio entre innovación y sostenibilidad, asegurando que el avance tecnológico no comprometa los objetivos climáticos ni la estabilidad de las redes eléctricas.