Durante los últimos años, Microsoft ha fortalecido su posición como uno de los actores más influyentes en el universo de la inteligencia artificial (IA), en parte gracias a su estrecha colaboración con OpenAI. Azure, su plataforma de servicios en la nube, ha sido el beneficiario principal de este acuerdo, aumentando significativamente su cuota de mercado. Sin embargo, nuevas señales sugieren que esta alianza está atravesando una etapa de renegociación crítica. ¿Qué implicaciones tiene esto para el futuro de Microsoft, el panorama de la IA y los inversores?
El contexto de la alianza: Microsoft y OpenAI, un vínculo estratégico
Microsoft ha disfrutado de acceso exclusivo a los modelos de OpenAI, como GPT-4 y sus derivados, que han impulsado su infraestructura de inteligencia artificial y elevado su valoración en el mercado a cerca de 4 billones de dólares. Azure, la columna vertebral de la oferta en la nube de Microsoft, ha registrado un aumento trimestral de ingresos del 34.8%, igualando las previsiones internas de la compañía.
Este crecimiento ha coincidido con el auge de las soluciones basadas en IA generativa, agentes inteligentes y automatización. La integración de Copilot en productos como Word y Excel ha cambiado radicalmente la propuesta de valor para los usuarios empresariales, y se ha convertido en una fuente de consumo duradero.
Renegociación del acuerdo: ¿quién lleva el timón?
Según fuentes citadas por Bloomberg, Microsoft y OpenAI están en negociaciones avanzadas para actualizar el acuerdo que regula el acceso de Microsoft a los modelos más recientes. El elemento más delicado de la conversación gira en torno al concepto de AGI (Inteligencia General Artificial), una meta teórica en la que se espera que la IA iguale o supere la inteligencia humana. El contrato actual establece que, una vez alcanzado ese hito, ciertos derechos para Microsoft dejarían de aplicarse.
Este posible cambio de estatus afecta directamente el papel de Microsoft en la arquitectura de OpenAI, sobre todo en el contexto de su transformación jurídica hacia una “corporación de beneficio público” (Public Benefit Corporation). Esta reestructuración está estrechamente ligada a una ronda de financiación de 40 mil millones de dólares liderada por SoftBank, cuyo éxito depende del consentimiento de Microsoft para modificar la estructura legal de OpenAI.
Nuevas alianzas en la nube: ¿diversificación o competencia directa?
OpenAI ha comenzado a expandir sus asociaciones más allá de Microsoft. En las últimas semanas, ha intensificado su trabajo con Oracle, con planes de construir 4.5 gigavatios de capacidad en centros de datos. Además, ha comenzado a utilizar Google Cloud como fuente adicional de potencia computacional.
Este movimiento estratégico parece estar orientado a diversificar su infraestructura y reducir su dependencia de Azure. Aunque no representa una ruptura formal, introduce una competencia implícita que podría redistribuir el poder dentro del ecosistema de IA empresarial.
Impacto en el mercado: ¿cómo reaccionan los inversores?
A pesar de las tensiones en la alianza, el mercado ha respondido con relativa confianza. Las acciones de Microsoft han subido más del 20% en lo que va de año. Para el trimestre actual, los analistas esperan un crecimiento del 14% en ingresos hasta alcanzar los 73.81 mil millones de dólares, impulsado por una combinación de factores: debilitamiento del dólar, aumento de la demanda no relacionada con IA en Azure y un adelanto en las órdenes de Windows por parte de los fabricantes de PC frente a posibles aranceles.
El beneficio neto también se proyecta con un alza del 14.2% (25.16 mil millones de dólares), aunque el ritmo es ligeramente inferior al del trimestre anterior debido al incremento de los gastos operativos.
Perspectivas sobre la inversión de capital
El gasto en infraestructura sigue siendo una prioridad estratégica para Microsoft. Aunque ha señalado restricciones en la capacidad de IA, está ajustando su enfoque hacia activos de corto plazo, como los chips especializados en IA. En el último año fiscal, la compañía destinó más de 80 mil millones de dólares a inversión de capital.
Esta inversión parece estar dando frutos. Dan Morgan, gestor de cartera senior en Synovus Trust, afirma que los inversores aún podrían estar subestimando el potencial de Microsoft en la era de la IA agentica, donde los agentes autónomos transforman el consumo digital.
A la par de estas negociaciones, OpenAI también se enfrenta a presiones externas. Elon Musk ha interpuesto una demanda contra la organización, acusándola de desviarse de su misión original de crear IA en beneficio de la humanidad. Este conflicto añade una capa más de complejidad a la relación entre ética, beneficio corporativo y desarrollo tecnológico.