Tal y como suena, ChatGPT está prohibido en Italia; la decisión de los reguladores italianos de prohibir su acceso ha suscitado las críticas de los expertos del sector, que la consideran un obstáculo a la innovación y una distracción de las preocupaciones legítimas en torno a la I.A y la privacidad.
Choques por el tratamiento de datos
Las autoridades italianas prohibieron el acceso a ChatGPT a finales de marzo. Se consideró que el grado en que la tecnología recopila datos con fines de entrenamiento algorítmico carecía de base legal. Además, la falta de verificación de la edad integrada en la tecnología, que podría proteger a los usuarios menores de edad de contenidos inapropiados, también se destacó como un problema clave.
La autoridad italiana de protección de datos, Garante per la protezione dei dati personali, emitió una decisión el 31 de marzo en la que declaraba que suspendería temporalmente el tratamiento de datos de usuarios italianos por parte de OpenAI. De hecho, OpenAI ha restringido el acceso a ChatGPT en Italia mientras trabaja con Garante para llegar a un acuerdo.
Los expertos lo consideran exagerado
Aquellos que compraron suscripciones ChatGPT Plus en marzo recibirán un reembolso, y todos los suscriptores de la región han visto pausados sus pagos recurrentes.
La prohibición suscitó un debate entre expertos en I.A y juristas, que han cuestionado la legitimidad y sensatez de la decisión. Andy Patel, investigador de WithSecure, calificó la decisión de «reacción exagerada» y advirtió de que podría poner a Italia en desventaja a la hora de desarrollar la I.A.
«Todas las empresas tienen problemas de seguridad y, por supuesto, los empleados deben recibir instrucciones para no proporcionar a ChatGPT y sistemas similares datos confidenciales de la empresa. Tales políticas deben ser controladas por las organizaciones individuales y no por el país anfitrión».
Andy Patel, experto en seguridad informática.
Otros en cambio, han sugerido que la prohibición no durará, y es una distracción de las cuestiones más amplias de privacidad y seguridad que deben abordarse cuando se trata de grandes modelos lingüísticos (LLM).
«Prohibir estos modelos no hace sino fomentar más perfidia por parte de estas empresas para restringir el acceso, y concentra más poder en manos de los gigantes tecnológicos que pueden invertir el dinero en la formación de tales modelos», afirmó Erick Galinkin, investigador principal de inteligencia artificial en Rapid7.
Muchos piden avances «controlados»
La preocupación por la centralización actual de la I.A generativa en manos de las grandes tecnológicas ha llevado a pedir la «democratización» de la tecnología.
ChatGPT levantó ampollas el mes pasado cuando un fallo de privacidad expuso las interacciones del chatbot de los usuarios, el primer golpe real a la imagen de la empresa desde que sus primeras pruebas GPT-3 fueron calificadas de «demasiado peligrosas» para el uso público.
Michael Covington, vicepresidente de estrategia de la empresa de software Jamf, señaló que es conveniente hacer una pausa para garantizar que la tecnología de I.A avanza de forma controlada.
«En Jamf, creemos en educar a los usuarios sobre la privacidad de los datos, y empoderarlos con más control y autoridad de decisión sobre qué datos están dispuestos a compartir con terceros. Restringir la tecnología por miedo a que los usuarios den demasiado a cualquier servicio de IA podría frenar el crecimiento de herramientas como ChatGPT, que tiene un potencial increíble para transformar las formas en que trabajamos.»
La autoridad italiana también ha pedido a OpenAI que notifique las medidas aplicadas para cumplir su orden, o se enfrentará a una multa de hasta 20 millones de euros o el 4% de la facturación anual mundial de la empresa.
¿Podrían otros países prohibir ChatGPT?
Al convertirse en el primer país europeo que prohíbe el acceso a ChatGPT, Italia ha sentado un precedente que otros países podrían seguir. Con esta prohibición, Italia se une a países como Rusia, Irán y Corea del Norte, que prohíben ChatGPT como parte de una censura más amplia de Internet.
De hecho, OpenAI tiene sus servicios geobloqueados en China, lo que significa que las empresas y los consumidores no pueden acceder a ChatGPT y DALL-E en la región. Otras compañías, como Baidu, han presentado chatbots alternativos, pero hasta ahora ninguno ha demostrado tener las mismas capacidades que el GPT-4 de OpenAI.
Reuters ha informado de que la Comisión de Protección de Datos (DPC) irlandesa y la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL) francesa están en conversaciones con sus homólogos italianos para establecer las bases de la decisión. Si las conversaciones resultan convincentes, los organismos reguladores de toda la UE podrían exigir pronto a OpenAI nuevos compromisos en materia de privacidad.