Las ventas se desploman cuando el mercado decide que «nadie quiere un gorila con sombrero», pero la recesión podría dar lugar a un futuro mucho más brillante para las NFT. El estallido de la burbuja de NFT significa un futuro más brillante para los criptoactivos.
Hace solo unos meses, los tokens no fungibles (NFT) eran la tendencia más popular en tecnología. Las celebridades, desde Paris Hilton hasta Snoop Dogg, estaban sacando provecho. Los visionarios tecnológicos estaban imaginando cómo se podría construir el metaverso sobre ellos. Ahora parece que, como los tulipanes y los Beanie Babies antes que ellos, el tren de la exageración puede haber llegado a los topes.
Según Block , un sitio que recopila datos de NFT, el volumen de transacciones semanales de NFT cayó drásticamente desde un máximo de 1.12 mil millones de dólares en mayo pasado a 53.28 millones mucho más lentos a mediados de agosto. Del mismo modo, las ventas semanales de NFT han caído de casi un millón por semana a fines del año pasado, a alrededor de 280.000. Esta tendencia solo ha continuado desde entonces.
El estallido de la burbuja de NFT significa un futuro más brillante para los criptoactivos
La recesión también se puede ver en el comportamiento de las empresas de criptomonedas. OpenSea, el mercado de NFT más grande, ha anunciado que despedirá al 20% de su personal en respuesta a lo que el CEO Devin Finzer llama el «criptoinvierno». En junio, Coinbase, la criptoplataforma más conocida, despidió a 1100 empleados. Solo necesitamos echar un vistazo al caos que está ocurriendo en los criptomercados en este momento para saber que probablemente no haya vuelta atrás.
Algunos «inversores» argumentan que, allá por julio de 2021, se podría haber vendido una imagen de casi cualquier cosa. El mercado era como era y el dinero entraba y salía como si no hubiese un mañana.
Hay algunos que en el pico del mercado, compraban entre tres y cinco NFT todos los días y los vendían al día siguiente, duplicando su dinero, o incluso más. La recesión ha revelado un lado diferente de la comunidad NFT. A los «inversores» resulta que no les importaban lo más mínimo las imágenes en sí, sino el dinero que daban. Y eso es un gran problema para lo que, supuestamente, es un NFT.
Otro de los problemas fue, más o menos en octubre del año pasado, cuando las tarifas de transacción para acuñar los NFT pasaron de unos 5-10 dólares a 150.
Además de las tarifas, otro problema que describen los insiders son el panorama económico sombrío y la realidad de que el mundo NFT está plagado de piratas informáticos y estafadores.
Argumenta que debería haber más capacitación y educación en el espacio para enseñar a los propietarios de NFT cómo administrar sus activos de manera segura. El futuro, según algunos gurús del campo, estaría en los NFT para obras de alta calidad.