Oracle ha dado un golpe sobre la mesa en el sector tecnológico al anunciar una inversión adicional de 15.000 millones de dólares en inteligencia artificial durante el próximo ejercicio fiscal. La noticia ha generado tanto entusiasmo como preocupación en los mercados, ya que la magnitud del gasto supera las previsiones iniciales y ha provocado una caída inmediata en el valor de sus acciones.
El anuncio de Oracle
Durante su último informe trimestral, Oracle confirmó que destinará 15.000 millones de dólares más de lo previsto a proyectos relacionados con inteligencia artificial. Además, la compañía ha firmado un contrato de 500.000 millones de dólares con OpenAI para los próximos cinco años y ha cerrado acuerdos adicionales por valor de 68.000 millones en el último trimestre.
Estas cifras reflejan la magnitud de la apuesta de Oracle por convertirse en un proveedor integral de soluciones de IA y nube, capaz de competir directamente con los líderes del sector.
Reacciones del mercado
La respuesta de los mercados fue inmediata y contundente. Las acciones de Oracle cayeron más de un 15%, arrastrando a otros valores tecnológicos y llevando al Nasdaq a mínimos semanales. Analistas de BofA Global Research señalaron que el gasto no era inesperado, pero sí preocupante por la velocidad con la que se está ejecutando.
Otros expertos, como Farhan Badami de eToro, advirtieron que la volatilidad continuará, ya que el boom de la IA no será un éxito inmediato y presionará los márgenes de las empresas. En definitiva, los inversores temen que el ritmo de inversión supere la capacidad de generar beneficios a corto plazo.
Oracle frente a sus competidores
Oracle no está sola en esta carrera. Microsoft reorganizó sus resultados para destacar sus avances en IA, aunque sus gastos de capital se dispararon un 77% en un trimestre, alcanzando los 35.000 millones de dólares. Google y Amazon también han intensificado sus inversiones en centros de datos y servicios de IA.
La diferencia es que Oracle busca posicionarse como el “one-stop-shop” para empresas en inteligencia artificial, ofreciendo soluciones integrales en la nube y apostando por la multi-cloud. Este enfoque estratégico podría darle ventaja en un mercado donde las compañías buscan proveedores capaces de integrar múltiples servicios y garantizar escalabilidad.
La gran pregunta es si este gasto desmesurado es una visión estratégica a largo plazo o un riesgo financiero que podría comprometer la estabilidad de Oracle. Entre los argumentos a favor se encuentra el crecimiento exponencial de la demanda de servicios de IA, el backlog saludable de pedidos que garantiza ingresos futuros y la diversificación hacia contratos de gran escala con empresas como OpenAI.
Sin embargo, los argumentos en contra apuntan a la presión sobre los márgenes, el crecimiento menor al esperado en contratos futuros y el riesgo de que la adopción empresarial de la IA sea más lenta de lo que justifican estas inversiones.
Impacto en la industria tecnológica
El caso de Oracle refleja una tendencia más amplia en la industria tecnológica. Las grandes compañías están entrando en una fase de inversión intensiva para liderar la infraestructura de la IA. Los mercados financieros, sin embargo, muestran cautela, ya que el retorno de estas inversiones no será inmediato. Se abre así un debate sobre si estamos ante una burbuja de gasto en inteligencia artificial, similar a lo ocurrido en otras épocas con la burbuja de las puntocom.

Oracle confía en que su estrategia dará frutos. Sus ingresos en la nube crecieron un 33%, alcanzando los 8.000 millones de dólares, y la compañía reportó un aumento del 95% en su beneficio neto, impulsado por la venta de Ampere. Los directivos aseguran que seguirán aceptando contratos solo cuando cumplan con criterios de rentabilidad y sostenibilidad financiera.
El reto, por otro lado, será convencer a los inversores de que esta apuesta multimillonaria no compromete la estabilidad de la empresa y que la inteligencia artificial generará beneficios tangibles en el corto y medio plazo.