ChatGPT, y otras herramientas similares, están cambiando el panorama tecnológico, con empresas deseosas de incorporar rápidamente estos servicios a los suyos propios. La cuestión sigue siendo si la expansión actual puede mantenerse a largo plazo o si la burbuja de la I.A generativa estallará del mismo modo que el metaverso.
La I.A generativa parece no tener fin
Ya hablamos en Cloudmasters acerca del crecimiento exponencial que está sufriendo la I.A next-gen. Y es que algunos la han comparado con una carrera armamentística, ya que las inversiones necesarias para llevar la tecnología a su siguiente fase evolutiva son asombrosas, y sólo son posibles gracias a unos pocos actores selectos con los bolsillos suficientemente llenos.
Otros, sin embargo, lo ven más como la fiebre del oro de California a mediados del siglo XIX. Hasta ahora, el frenesí inversor está plagado de riesgos inherentes, hipérboles y, a menudo, estrategias de inversión sin sentido común. Muchas inversiones en I.A generativa están impulsadas por el miedo a perderse algo.
Señales de una burbuja
Tobi Knaup, Consejero Delegado de D2iQ, cree que el sector de la I.A está mostrando signos de burbuja.
«La financiación de capital riesgo en este nicho concreto del sector de la I.A no sólo está creciendo, sino que se está disparando. Estamos viendo un nivel de inversión que parece desconectado de los fundamentos del negocio y basado puramente en el bombo publicitario».
«Además, estamos empezando a ver una tendencia muy familiar y preocupante de empresas no relacionadas que se someten a lo que sólo puede describirse como «cambios de imagen de la IA» para aprovechar la ola de interés de los inversores«.
«Es una vieja historia que hemos visto recientemente con Blockchain o Web3: las empresas se visten con la tecnología del momento para atraer esos dólares de inversión tan tentadores».
Para ver ejemplos de esto en acción, basta con mirar a la empresa Long Island Ice Tea, o incluso al gigante de la tecnología fotográfica Kodak.
Otro signo revelador de una burbuja es la presencia de un número inusualmente alto de startups sobrevaloradas. Aaron McClendon, responsable de I.A en Aimpoint Digital, aconseja:
«Algunas empresas del sector de la IA -y sería imprudente aislar ejemplos concretos- han experimentado subidas significativas en el precio de sus acciones en 2023, con algunos negocios subiendo bastante más del 100% en el año.»
Sin embargo, añade que «este rápido aumento de los precios de las acciones podría ser indicativo del comportamiento especulativo que a veces caracteriza a las burbujas de inversión, pero es importante señalar que no se trata de una simple ecuación de ‘esto es igual a aquello’. Podría ser una señal, por supuesto, pero la inversión -incluso una inversión inusualmente alta- no es un indicador seguro de burbuja. Al fin y al cabo, también refleja el potencial que los inversores ven en la tecnología».
Los líderes tecnológicos a la cabeza en inversión
La trinidad de líderes tecnológicos -Microsoft, Google y Meta, con Amazon también como aspirante a la corona de la I.A generativa- han realizado inversiones masivas. Sin embargo, ninguna de ellas mayor que el apoyo de Microsoft a OpenAI.
Los inversores también pueden ver actores esenciales en la cadena de suministro, sobre todo Nvidia. Esta, está impulsando casi en solitario la revolución de la I.A con sus chipsets, fundamentales para la rentabilidad a largo plazo de la I.A generativa.
Sin embargo, si algo nos han enseñado las recientes decisiones de Meta es que las grandes inversiones tecnológicas tempranas y el bombo publicitario en todo el sector no siempre son los mejores ingredientes para el éxito. Es probable que el Metaverso se convierta en un cuento con moraleja sobre una tecnología que no estaba preparada para su adopción masiva, y que no consiguió atraer el nivel de inversión externa necesario para crear el nuevo panorama empresarial digital que Meta esperaba.
¿El próximo bitcoin?
Es demasiado pronto para saber si la I.A generativa correrá la misma suerte, ya que el nivel de inversión sigue aumentando. Bank America describió el actual frenesí de la I.A como una «burbuja de bebés». No deja de ser una postura un tanto diplomática, que se sitúa entre la aprobación y el rechazo. Sin embargo, no sabemos hasta dónde puede llegar la inversión en I.A generativa, al menos en el corto o medio plazo.