Taiwán ha incluido oficialmente a Huawei y a Semiconductor Manufacturing International Corp. (SMIC) en su lista negra de entidades, intensificando las tensiones tecnológicas con China. Este veto afecta directamente el acceso de estas empresas a tecnología, materiales y equipos clave para la fabricación de chips de inteligencia artificial. En este artículo te explicamos el contexto, las implicaciones económicas y geopolíticas, y el futuro del conflicto tecnológico entre China, Taiwán y Occidente.
Una decisión silenciosa pero contundente
El gobierno de Taiwán, a través de su Administración de Comercio Internacional del Ministerio de Asuntos Económicos, actualizó discretamente su lista de entidades de alta tecnología estratégica. Esta actualización incorporó a Huawei Technologies Co. y a Semiconductor Manufacturing International Corp. (SMIC), junto con varias de sus filiales internacionales ubicadas en Japón, Rusia y Alemania.
La medida no se anunció públicamente, pero su impacto ya resuena en toda la industria tecnológica asiática. Con esta decisión, las empresas taiwanesas deberán obtener autorización estatal antes de realizar cualquier envío a estas entidades, lo que en la práctica bloquea el acceso de Huawei y SMIC a tecnologías fundamentales para la fabricación de semiconductores avanzados, incluyendo los utilizados en inteligencia artificial (IA).
¿Por qué Huawei y SMIC?
Huawei y SMIC representan la vanguardia tecnológica de China. Son actores clave en la estrategia del país para lograr la autosuficiencia en semiconductores, un objetivo nacional que cobró mayor urgencia tras las restricciones impuestas por Estados Unidos.
Ambas empresas han estado bajo escrutinio global. En 2023, sorprendieron a la comunidad internacional con el lanzamiento de un chip de 7 nanómetros fabricado en China, lo que generó inquietud en Washington, Bruselas y, por supuesto, en Taipéi. Esta capacidad desafió el cerco tecnológico que EE. UU. y sus aliados han intentado imponer.
La decisión de Taiwán, aunque silenciosa, marca un giro más agresivo en su política tecnológica hacia China.
Un movimiento alineado con Estados Unidos
Tanto Huawei como SMIC ya figuraban en la lista de entidades restringidas de Estados Unidos, lo que les impide adquirir tecnología de origen estadounidense sin una licencia. Al sumarse a esta postura, Taiwán —cuna del coloso TSMC y eje central de la cadena global de suministro de chips— refuerza el bloque occidental en la “guerra de chips”.
Taiwán había mantenido hasta ahora prohibiciones específicas sobre el envío de maquinaria crítica a China, como litografiadoras, pero no había incluido a estas gigantes chinas en sus listas negras. Este paso refleja un alineamiento estratégico con Washington, más allá de los lazos económicos con el continente.
Impacto en la industria de semiconductores
El veto a Huawei y SMIC podría tener un impacto significativo en la cadena de suministro china. La medida limita el acceso a:
- Tecnologías de construcción de fábricas
- Materiales sensibles para la fabricación de chips
- Equipos avanzados, como los utilizados por TSMC para Nvidia
Esto representa un nuevo obstáculo para el progreso de China en la creación de chips de IA competitivos, especialmente aquellos que podrían rivalizar con las unidades gráficas avanzadas de Nvidia.
Además, pone en riesgo las operaciones en curso que, según Bloomberg, contaban con la participación de empresas taiwanesas en la creación de una red de plantas para Huawei en el sur de China.
Implicaciones geopolíticas
Taiwán y China mantienen una relación marcada por la tensión, que ha escalado en los últimos años. El presidente taiwanés William Lai calificó recientemente a China como “una fuerza extranjera hostil”, un lenguaje que subraya el endurecimiento de la postura en Taipéi.
En este contexto, el bloqueo a Huawei y SMIC no es solo una decisión económica: es una declaración política. Taiwán refuerza su soberanía tecnológica, al tiempo que limita la capacidad de China para sortear los obstáculos impuestos por Occidente.
China: entre la innovación y las limitaciones
Para Pekín, Huawei y SMIC son esenciales en su estrategia Made in China 2025 y en su ambición de romper la dependencia de Occidente. Sin embargo, su progreso ha estado plagado de dificultades, desde escasez de equipos hasta presión diplomática.
A pesar de los avances logrados —como el chip de 7nm—, la falta de acceso a herramientas de litografía de última generación, como las de ASML, sigue siendo una barrera crítica. La decisión de Taiwán ahonda esta herida y complica aún más los planes de desarrollo de IA y supercomputación en China.
TSMC: actor clave entre dos mundos
Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), considerado el joya de la corona tecnológica de Taiwán, ya había cesado sus envíos a Huawei en 2020 por presión estadounidense. La empresa es clave en la fabricación de chips para gigantes como Apple y Nvidia.

Con esta nueva política estatal, TSMC se ve respaldado por una legislación más estricta, lo que le otorga mayor margen para rechazar pedidos o evitar vínculos con entidades chinas, sin temor a represalias económicas locales.
El futuro del conflicto tecnológico
La inclusión de Huawei y SMIC en la lista negra taiwanesa es un claro indicador de que el conflicto tecnológico global se intensifica. No se trata ya de competencia económica, sino de una carrera por el dominio estratégico, donde los chips son las armas del siglo XXI.
Mientras Occidente refuerza sus barreras, China se ve obligada a redoblar esfuerzos en innovación local. A corto plazo, este veto afectará el desarrollo de capacidades de IA en el gigante asiático. A largo plazo, la autonomía tecnológica china dependerá de su capacidad para generar alternativas nacionales viables.
La decisión de Taiwán de vetar a Huawei y SMIC confirma que los chips se han convertido en el campo de batalla más decisivo de la geopolítica actual. Lo que parece una medida técnica es, en realidad, una jugada estratégica que refuerza alianzas, define posicionamientos y marca el rumbo de la tecnología global en la próxima década.
Habrá que seguir de cerca cómo reacciona China y qué medidas toma para contrarrestar este cerco a Huawei por parte de Taiwán. Lo que es claro es que el tablero tecnológico global se ha reconfigurado, y Taiwán, una vez más, juega un papel clave en su desarrollo.