La computación cuántica, una de las tecnologías más prometedoras del siglo XXI, podría estar a punto de dar el salto definitivo hacia su aplicación comercial. Así lo ha afirmado Sundar Pichai, CEO de Alphabet (matriz de Google), durante una charla con Marc Benioff, CEO de Salesforce, en el evento Dreamforce 2025. Según Pichai, estamos a tan solo “unos pocos años” de ver ordenadores cuánticos escalables y comercialmente viables.
¿Qué es la computación cuántica?
A diferencia de los ordenadores clásicos, que procesan información en bits (0 o 1), los ordenadores cuánticos utilizan cúbits, que pueden representar múltiples estados simultáneamente gracias a fenómenos como la superposición y el entrelazamiento cuántico. Esto permite resolver problemas complejos —como simulaciones moleculares, optimización logística o criptografía avanzada— de forma exponencialmente más rápida que los sistemas tradicionales.
El impulso de Google: del chip Willow al salto comercial
Google ha sido uno de los actores más activos en la carrera cuántica. En 2024, presentó su chip cuántico Willow, que logró una importante reducción de errores, uno de los principales obstáculos para la escalabilidad de estos sistemas. Más recientemente, Willow ejecutó un algoritmo de prueba 13.000 veces más rápido que su equivalente clásico en un superordenador de última generación.
Este avance no solo demuestra la viabilidad técnica, sino que refuerza la visión de Pichai: “Nuestro equipo de computación cuántica, al igual que el equipo de TPUs, planea tener ordenadores cuánticos reales, disponibles comercialmente y a escala en unos pocos años. Y creo que lo lograrán”, afirmó durante la charla.
Criptografía en jaque
Uno de los temas más delicados que surgió en la conversación fue el impacto de la computación cuántica en la seguridad digital. Marc Benioff advirtió que estos avances podrían “socavar toda la criptografía actual”, lo que obligaría a una transición urgente hacia algoritmos resistentes a ataques cuánticos.
Pichai coincidió en que “en tres a cinco años tendremos ese momento en el que, desde el punto de vista criptográfico, tendremos que adaptarnos a lo cuántico”. Esto implica una colaboración global para establecer nuevos estándares de seguridad, conocidos como criptografía post-cuántica, que ya están siendo desarrollados por organismos como el NIST en EE. UU.
IA y computación cuántica: dos caminos que se cruzan
Durante la charla, Pichai también reflexionó sobre el auge de la inteligencia artificial.
Aunque OpenAI se adelantó con el lanzamiento de ChatGPT, Pichai aseguró que Google ya contaba con modelos avanzados como BERT y LaMDA, pero decidió no lanzarlos por preocupaciones de calidad. “En otro contexto, podríamos haber lanzado nuestro chatbot unos meses después”, comentó, subrayando que la empresa priorizó la responsabilidad sobre la velocidad.
¿Y qué opinan otros gigantes tecnológicos?
No todos comparten el optimismo de Pichai. A principios de año, Jensen Huang, CEO de Nvidia, afirmó que la computación cuántica “realmente útil” podría tardar aún 20 años en llegar, lo que provocó caídas en bolsa de empresas como D-Wave y Rigetti. Sin embargo, Huang matizó después sus palabras y Nvidia ha reafirmado su compromiso con la investigación cuántica, aunque sigue apostando por una estrategia sin chip cuántico propio.
Por su parte, Microsoft también ha hecho avances significativos. En febrero, presentó su unidad de procesamiento cuántico Majorana 1, que promete soportar hasta un millón de cúbits simultáneamente, un hito técnico que podría redefinir el panorama competitivo.

La llegada de la computación cuántica comercial no solo transformará sectores como la farmacéutica, la logística o las finanzas, sino que también obligará a las empresas a repensar su infraestructura tecnológica y sus estrategias de ciberseguridad.
El futuro cuántico ya no es ciencia ficción
Al parecer, las declaraciones de Sundar Pichai no son simples predicciones futuristas. Y es que la computación cuántica ya no es una promesa lejana: es una carrera en marcha, con implicaciones profundas para la seguridad, la innovación y la competitividad global. Y si Pichai tiene razón, el momento de prepararse es ahora.