Los asistentes de código basados en inteligencia artificial han sido celebrados como revolucionarios en el mundo del desarrollo de software. Herramientas como Cursor de Anysphere, Copilot de GitHub y Windsurf prometen acelerar la productividad de los desarrolladores, automatizar tareas repetitivas y democratizar el acceso a la programación. Sin embargo, tras el telón de esta innovación, se esconde una realidad preocupante: los costes operativos de estas plataformas están devorando sus márgenes, poniendo en jaque la viabilidad financiera de muchas startups del sector.
Windsurf: de unicornio a venta forzada
En febrero de 2025, Windsurf estaba en negociaciones para levantar una ronda de inversión que la valoraba en 2.850 millones de dólares. Pero apenas dos meses después, la startup intentó venderse a OpenAI por una cifra similar. ¿Por qué una empresa en pleno crecimiento buscaría venderse tan pronto?
La respuesta está en sus márgenes operativos. Según fuentes cercanas, Windsurf tenía márgenes brutos “muy negativos”, lo que significa que el coste de ofrecer su producto superaba con creces los ingresos generados. El principal culpable: el uso intensivo de modelos de lenguaje de última generación, como los de OpenAI y Anthropic, que son extremadamente costosos.
Competencia feroz y dependencia tecnológica
El mercado de asistentes de código está saturado de competidores con grandes bases de usuarios, como GitHub Copilot y Cursor de Anysphere. Para mantenerse relevantes, estas startups deben ofrecer los modelos más avanzados, lo que incrementa sus costes de forma exponencial.
La única vía para mejorar los márgenes sería desarrollar sus propios modelos, pero esto implica una inversión multimillonaria y riesgos técnicos significativos. Windsurf decidió no seguir ese camino, lo que la dejó vulnerable frente a sus propios proveedores, quienes también están lanzando productos competidores.
Anysphere: crecimiento acelerado, pero no sin tropiezos
Anysphere, creadora de Cursor, ha optado por mantenerse independiente y construir su propio modelo. Aunque ha alcanzado los 500 millones de dólares en ingresos anuales recurrentes (ARR), también ha tenido que ajustar sus precios para cubrir los costes de los modelos de Anthropic, lo que ha generado malestar entre sus usuarios más activos.
La empresa contrató a dos líderes del equipo Claude Code de Anthropic, pero ambos regresaron a su empresa original en menos de dos semanas, lo que pone en duda la capacidad de Anysphere para competir en el desarrollo de modelos propios.
¿Qué nos espera?
Aunque algunos inversores como Erik Nordlander de Google Ventures creen que los costes de inferencia de los modelos de IA disminuirán con el tiempo, la realidad es que los modelos más recientes de asistentes de código están aumentando sus precios debido a su complejidad computacional.
La caída de Windsurf, que terminó vendiéndose a Cognition tras el fracaso del acuerdo con OpenAI, es una señal de alerta para todo el ecosistema. Si las startups más exitosas del sector tienen dificultades para sostener sus operaciones, ¿qué futuro les espera a las nuevas empresas que dependen de proveedores de modelos?
La promesa de los asistentes de código con IA es real, pero su sostenibilidad financiera está en entredicho. Las startups deben encontrar un equilibrio entre ofrecer tecnología puntera y mantener estructuras de costes viables. De lo contrario, podrían terminar siendo víctimas del mismo sistema que las impulsó al estrellato.