Los centros de datos son el motor invisible de la economía digital, pero también uno de los mayores retos en sostenibilidad. Lenovo ha decidido abordar este desafío con propuestas que parecen sacadas de la ciencia ficción, pero que responden a necesidades muy reales: eficiencia energética, resiliencia y reducción de emisiones.
El desafío actual de los centros de datos
Entre sus ideas más llamativas está la de instalar centros de datos en búnkeres subterráneos, aprovechando la estabilidad térmica del subsuelo para reducir costes de refrigeración y aumentar la seguridad. Otra propuesta es la de los “data spas”, espacios donde el calor residual de los servidores se reutiliza para calefacción urbana, piscinas o invernaderos, convirtiendo un problema en una oportunidad sostenible. Y, como visión más futurista, Lenovo plantea la “nube flotante”, infraestructuras móviles capaces de desplegarse en zonas con alta demanda temporal de procesamiento, ofreciendo flexibilidad y resiliencia.

Estas ideas no son meros ejercicios de marketing. Según datos de la propia compañía, casi la mitad de los responsables de TI reconocen que sus infraestructuras actuales no cumplen objetivos de sostenibilidad, mientras que más del 90% prioriza trabajar con socios tecnológicos que reduzcan emisiones y consumo energético. En este contexto, la creatividad se convierte en una ventaja competitiva.
Soluciones creativas a problemas actuales
La apuesta de Lenovo refleja una tendencia global: los centros de datos ya no pueden limitarse a ser cajas negras de servidores. Deben integrarse en el entorno, aportar valor añadido y minimizar su impacto ambiental.
Proyectos similares ya se han visto en países nórdicos, donde el calor de los servidores se aprovecha para calentar viviendas, o en Japón, con instalaciones que reutilizan energía para procesos industriales. Lenovo quiere llevar estas ideas un paso más allá, imaginando infraestructuras que no solo se adaptan al presente, sino que anticipan el futuro.
El reto, por supuesto, está en la viabilidad técnica y económica. Construir un búnker subterráneo o desplegar una nube flotante requiere inversiones significativas y pruebas piloto. Sin embargo, la dirección es clara y Lenovo quiere liderar ese camino.