Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, se encuentra en medio de una transformación monumental impulsada por la IA. Sin embargo, esta ambiciosa apuesta tecnológica ha comenzado a generar dudas entre los inversores, especialmente tras la publicación de sus últimos resultados financieros.
Un trimestre que encendió las alarmas
Durante el último trimestre, Meta reportó un aumento de 7.000 millones de dólares en gastos operativos y cerca de 20.000 millones en gastos de capital. Estas cifras, aunque impresionantes, reflejan una estrategia agresiva de inversión en talento e infraestructura para IA que aún no ha generado ingresos significativos.
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, defendió esta postura durante la llamada con analistas, asegurando que el objetivo es acelerar el desarrollo de modelos de IA de frontera con capacidades únicas. Sin embargo, sus declaraciones no lograron calmar a los mercados: las acciones de Meta cayeron un 12% en dos días, lo que representa una pérdida de más de 200.000 millones de dólares en capitalización bursátil.
¿Qué está construyendo Meta?
Meta está invirtiendo en dos gigantescos centros de datos y ha reorganizado su equipo de IA bajo el paraguas del nuevo Superintelligence Lab. Este laboratorio tiene como misión desarrollar modelos avanzados que puedan competir con los líderes del sector, como OpenAI y Google DeepMind.
Entre los productos actuales destacan:
- Meta AI Assistant: con más de mil millones de usuarios activos, aunque su adopción está impulsada por la integración en Facebook e Instagram.
- Vibes: un generador de vídeos que ha aumentado el número de usuarios diarios, pero con impacto limitado en ingresos.
- Vanguard: unas gafas inteligentes que parecen más una extensión de Reality Labs que una apuesta seria por los modelos de lenguaje.
A pesar de estos lanzamientos, los analistas señalan que Meta aún no tiene un producto estrella que justifique el nivel de gasto actual.
Comparaciones inevitables: OpenAI, Google y Nvidia
La situación de Meta contrasta con la de otras empresas tecnológicas que también están invirtiendo miles de millones en IA. Google y Nvidia han tenido trimestres exitosos, y OpenAI, aunque con menos respaldo financiero, ha logrado generar ingresos anuales de 20.000 millones de dólares gracias a su producto insignia: ChatGPT.
La diferencia clave es que estas compañías ya tienen productos consolidados que generan ingresos, mientras que Meta sigue en fase experimental. Esto ha llevado a algunos expertos a preguntarse si estamos ante una burbuja de inversión en IA, y si Meta podrá resistir una eventual corrección del mercado.
¿Dónde está el retorno de inversión?
La gran incógnita es cuándo y cómo Meta comenzará a monetizar sus inversiones en IA. Zuckerberg ha prometido nuevos productos con capacidades inéditas, pero no ha ofrecido fechas concretas ni detalles sobre cómo se traducirán en ingresos.
Los analistas financieros necesitan más que promesas: buscan proyecciones claras, modelos de negocio definidos y productos que puedan competir en el mercado. Sin estos elementos, el entusiasmo por la IA puede convertirse en escepticismo.
¿Qué puede hacer Meta para recuperar la confianza?
Para revertir la caída de sus acciones y recuperar la confianza de los inversores, Meta necesita:
- Presentar un roadmap claro de sus desarrollos en IA, con fechas estimadas y objetivos concretos.
- Demostrar casos de uso reales que generen valor para usuarios y empresas.
- Monetizar sus productos actuales, como Meta AI y Vibes, más allá del crecimiento de usuarios.
- Explorar nuevos modelos de negocio, como soluciones empresariales basadas en IA o herramientas de productividad.
Además, Meta podría aprovechar su enorme base de datos y su ecosistema de aplicaciones para crear experiencias personalizadas que superen a la competencia.
A pesar de las dudas, no se puede descartar que Meta esté simplemente adelantándose a su tiempo. Las grandes revoluciones tecnológicas suelen requerir inversiones masivas antes de mostrar resultados. Si el Superintelligence Lab logra desarrollar modelos realmente innovadores, Meta podría posicionarse como líder en la próxima generación de IA.

Zuckerberg ha insistido en que no se trata solo de asistentes virtuales, sino de construir productos completamente nuevos. Si cumple su promesa, los actuales 20.000 millones podrían parecer una ganga en retrospectiva.
Meta está apostando fuerte por la inteligencia artificial, y lo está haciendo sin una red de seguridad evidente. La falta de productos rentables y la caída de sus acciones han encendido las alarmas, pero también han puesto de manifiesto la magnitud de su ambición.