Esa fue la frase que le espetó un reconocido consultor al CIO de una de las grandes empresas del IBEX 35. Se trataba de una comida de amigos en el lujoso hotel Villamagna de Madrid.
¡Cómo no!, se habló de la situación política, del posible impacto de un gobierno escorado a la izquierda, con componentes del mismo que hasta hace poco señalaban al IBEX 35 como una banda de mafiosos ricos explotadores del pueblo, todo ello en el seno del consejo de Ministros. Hablaron también de tenis, Rafa Nadal sigue siendo el reflejo que los ejecutivos tienen en mente cuando buscan alguien en quien fijar un modelo de actitud y resultados… la reciente exhibición en Copa Davis es conversación de bar pero también de comida de consejeros.
La conversación más interesante vino cuando uno de los presentes comenzó a contar su estresante experiencia en su proyecto de transformación digital. Desde su puesto de CIO lideraba una iniciativa llamada a transformar su empresa gracias a una mejor tecnología, más fiable y que además vendría de la mano de una notable reducción de costes del personal a su cargo. Hacía tiempo que no escuchaba a ningún jefe de equipos contento ante una reducción del número de recursos a su cargo, aunque pronto quedó claro que la compensación del CIO estaba ligada a los beneficios de la empresa y por tanto de una forma muy directa a la reducción de costes.
Lo cierto es que el discurso de transformación tenía ingredientes interesantes ya que incluía el final de la amortización de infraestructuras clave de la empresa y su sustitución por servicios en la nube, también incluía un nuevo plan de seguridad ante ataques externos e incluso renovación de equipos y software para los empleados.
Cuando más orgulloso se mostraba el directivo contando los detalles de su proyecto tecnológico, se oyó una voz al fondo que dijo: “No te engañes, tu empresa no se está transformando”. La frase lapidaria procedía de uno de los presentes que menos había hablado en el encuentro, un consultor de una BIG-4 que suele venir a nuestros encuentros. El CIO protagonista se quedó impávido, le acababan de hacer una enmienda a la totalidad a su relato tecnológico. Entonces preguntó, ¿en qué te basas para decir que mi empresa no se está transformando?
La pregunta quedó en el aire unos segundos eternos. Nuestro “descarado” compañero tomó de nuevo la palabra y dijo: «Es posible que estés renovando alguno de tus sistemas pero estoy seguro que no es una transformación y te daré cuatro razones”:
1.- Has hecho un discurso defensivo, renuevas lo antiguo y reduces los costes, es decir resuelves problemas. Eso está muy bien pero no es una transformación digital.
2.- No has mencionado a los clientes, ni qué ventaja tendréis para servirles mejor o para venderles más.
3.- Tampoco has hablado de qué ganan los empleados en aspectos como mejora de su vida en el trabajo y sobre todo incremento de su productividad y modelo de colaboración entre equipos.
4.- Por último, además de renovar infraestructura, no has mencionado nada sobre inteligencia artificial, y automatización… algo que es una muestra inequívoca de que la transformación no está presente en tu proyecto. Eso si, seguro que es una operación que os traerá muchos beneficios pero no es una transformación.
El directivo del IBEX 35 se quedó de piedra y mudo unos segundos, … de pronto tomó la palabra y respondió: «puede que tengas razón pero mi empresa no está preparada para lo que dices, créeme que para nosotros ya es una transformación aunque quizás estés en lo cierto que es solo una actualización, visto así rectifico, estamos dando el primer paso para poder afrontar la transformación que indicas». El directivo sacó el comodín de la humildad y tiró de manual para salir airoso de una conversación que por un momento pensé que acabaría mal.
La comida continuó y pronto la conversa derivó en la creciente revalorización de NASDAQ, y la idoneidad de invertir en América, Europa o Asia.