Muchas veces hemos hablado de la computación edge, la tecnología de borde, computación perimetral o, más correctamente, el edge computing. Sin embargo, ¿Qué es el Edge Computing?
La computación edge es fundamental para hacer que IoT sea más rápido, ágil, seguro y útil. El edge computing, como su nombre indica, se refiere al procesamiento de datos que se realiza en el borde de una red, cerca de la fuente de datos.
¿Qué es el Edge Computing?
En una red, los datos generalmente se envían desde dispositivos, ya sean ordenadores, teléfonos inteligentes o robots en una cadena de montaje. Después, estos deben volver a un centro de datos central (valga la redundancia) para su procesamiento y análisis. Por ejemplo, un brazo robótico enviará informes sobre cuántas juntas ha recogido y trasladado a la cinta transportadora. O en un ejemplo más mundano, las aplicaciones de nuestro teléfono pueden transmitir datos de rendimiento al centro de datos del desarrollador para el análisis masivo.
Los puntos finales y el centro de datos en una red tradicional pueden estar ubicados en puntos muy distantes entre sí, incluso en distintos continentes. Históricamente, esto no ha planteado ningún problema. El aspecto de «velocidad» del big data se refiere a los torrentes de datos que llegan al datacenter, en lugar de la velocidad con la que se necesita analizarlos y actuar sobre ellos. Sin embargo, cada vez más, los dispositivos conectados como los dispositivos IoT, requieren retroalimentación instantánea o casi instantánea.
En estas situaciones, la latencia involucrada en el servicio de datos hacia y desde el centro de datos es demasiado grande. Incluso si se analiza y se devuelve de inmediato. Aquí es donde entra en juego el edge computing.
El procesamiento y el análisis en la informática edge se puede realizar en un pequeño centro de datos en el sitio (un microcentro de datos) o, cada vez más, en el propio dispositivo.
Ejemplos de la vida real del edge computing
Las plataformas petrolíferas son un buen ejemplo de cómo se utiliza la informática edge en el mundo real. Debido a que generalmente se basan en ubicaciones remotas en alta mar, dependen de la tecnología para mitigar las largas distancias al centro de datos y las malas conexiones de red. También esto es costoso, ineficiente y requiere mucho tiempo para las plataformas enviar datos en tiempo real a una nube centralizada. Tener una instalación de procesamiento de datos localizada ayuda a que una plataforma funcione sin demoras ni interrupciones.
De manera similar, los vehículos autónomos, que operan con baja conectividad, necesitan análisis de datos en tiempo real para navegar por las carreteras. Las puertas de enlace alojadas dentro del vehículo pueden agregar datos de otros vehículos, señales de tráfico, dispositivos GPS, sensores de proximidad… Pueden procesar y analizar toda esta información localmente.
Riesgos de seguridad en el borde
Como una extensión del centro de datos, la infraestructura de computación edge aumenta naturalmente el área de la superficie expuesta a amenazas. Muchos dispositivos de edge computing no están construidos con los protocolos de seguridad de IT tradicionales. Esto significa que los endpoints no seguros podrían convertirse en ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS). Incluso podrían ofrecer a los piratas acceso a la red más amplia a la que se conectan.
La seguridad física también debe tener una consideración aparte. Si los dispositivos son accesibles para los malos actores o a las personas que podrían manipularlos, han de tener su propia seguridad física.
¿Qué hay después del edge computing?
La computación edge es un área de la tecnología que evoluciona constantemente y crece rápidamente. Se está convirtiendo en uno de los componentes clave de la infraestructura empresarial, según un pronóstico reciente de Gartner. La casa de analistas predice que, a finales de 2023, una de cada cinco plataformas de computación edge instaladas será entregada y administrada por proveedores de nube a gran escala, en comparación con menos del 1% del año pasado.