Uno de los mayores problemas de la sociedad de la tercera década del siglo XXI es la brecha digital entre regiones, sociedades y grupos de población. En este artículo os ofrecemos el informe de la ONU al respecto que atisba las graves consecuencias de abandonar a las regiones menos pudientes a un subdesarrollo tecnológico-económico que debería ser informe de cabecera para responsables públicos.
Nos encontramos en un mundo globalizado en el que los problemas de personas a más de 7.000 kilómetros de distancia generan en muchas ocasiones olas de preocupación, empatía y solidaridad que nos hacen implicarnos emocionalmente. No menos cierto es que a la hora de la verdad nuestra sociedad emplea más energías en conversaciones teóricas sobre como resolver los problemas dejando en segundo plano la acción.
las regiones y países tecnológicamente subdesarrollados no podrán competir.
Dar el pez en lugar de enseñar a pescar parece que sigue siendo el camino. Como ejemplo cercano en nuestro país se nos habla de la España vaciada y se pretende resolver un problema estructural a base de subvenciones de subsistencia, mientras se abandona cualquier inversión de modernidad tecnológica en regiones condenadas a perder talento, competitividad y atractivo económico.
Las Regiones españolas, que sufren de la brecha tecnológica no va van a retener el talento, y van a quedarse en la cuneta del progreso, del desarrollo y del bienestar. Es una obviedad y no hace falta ser muy listo para pensar que una persona con talento tiene enormes posibilidades de abandonar su ciudad o pueblo de nacimiento en la que apenas tiene banda ancha o en la que la tecnología está en un plano irrelevante a nivel social. Menos aún pensemos que ninguna empresa que se precie querrá instalarse en lugares tecnológicamente subdesarrollados.
Lo que indicamos en este artículo no lo decimos en Cloudmasters, lo dice la ONU de una forma muy clara en este documento adjunto en el que se trata de hacer patente como el subdesarrollo tecnológico condenará a millones de personas a vivir en una segunda división con muchas menos posiblidades de competir.
Mensaje pues para las administraciones públicas y las agencias de desarrollo, dejemos de dar peces en forma de subvenciones discrecionales cortoplacistas a fondo perdido y comencemos a desarrollar la tecnología en aquellos lugares que también quieren seguir existiendo en las próximas décadas.