Las nuevas directrices introducidas por China obligan a sustituir la tecnología extranjera, lo que prohibirá el uso de chips de Intel y AMD en los ordenadores de su gobierno. Esta medida pretende promover las empresas chinas dedicadas a soluciones de hardware y software, según informó el domingo el medio Financial Times.
Las directrices también exigen dejar de lado el sistema operativo Windows y otros programas extranjeros de bases de datos para apoyar las opciones nacionales. Cabe suponer que la medida se debe a la tensión existente entre Estados Unidos y China.
Una medida proteccionista
Al parecer, los funcionarios chinos han empezado a seguir las nuevas directrices introducidas por el Ministerio de Finanzas y el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT) el 26 de diciembre de 2023. Ese mismo día, el Centro de Evaluación de la Seguridad de las Tecnologías de la Información de China (CITSEC) dio a conocer la primera lista de procesadores y sistemas operativos seguros y fiables de fabricantes chinos.
Apostando por tecnología local
En la lista figuran procesadores de entidades tan populares como Huawei y Tianjin Phytium Information Technology, que figuran en la lista negra de exportaciones publicada por EE.UU.
Cabe señalar que este país ha impuesto diversas sanciones a varias empresas chinas por motivos de seguridad nacional y ha detenido las exportaciones de chips avanzados a China.
El Ministerio de Finanzas de China, el MIIT y el CNITSEC no hicieron comentarios cuando se les preguntó por la prohibición de los chips de Intel y AMD.
Es interesante ver cómo China está tomando medidas para apoyar y promover su propia industria tecnológica. Desde mi punto de vista, es justo que un país quiera impulsar sus propias empresas y reducir la dependencia de tecnología extranjera, especialmente en el contexto de las tensiones internacionales. Al apostar por soluciones locales, también pueden fortalecer su seguridad y economía. Además, sería pagar con la misma moneda a Estados Unidos, considerando las sanciones y restricciones que este país ha impuesto a empresas chinas. Sería interesante que otros países también tomen estas medidas, ya que podría fomentar el desarrollo de tecnologías nacionales y reducir la dependencia global de unos pocos proveedores extranjeros. Será crucial ver cómo estas directrices impactan en la eficiencia y competitividad de los sistemas que utilizan.