La administración Biden quiere un impuesto para las criptomonedas

En una publicación online, el Consejo de Asesores Económicos (CEA) de la Casa Blanca propuso el impuesto especial sobre la Energía de la Minería de Activos Digitales (DAME) para el presupuesto del año fiscal 2024. Al parecer, la administración Biden quiere un impuesto para la electricidad usada en minería de criptomonedas.

Afirma que el impuesto aborda los costes económicos y medioambientales de las prácticas actuales de minería de criptoactivos. El impuesto se introduciría en fases a lo largo de tres años, comenzando con un 10% el año que viene, aumentando después al 20% y finalmente al 30%. Se espera que genere unos 3.500 millones de dólares en una década.

¿Una cuestión climática?

La regulación de las criptomonedas por parte de los gobiernos no es algo nuevo; la CEA quiere introducir el impuesto porque «actualmente, las empresas de minería de criptomonedas no tienen que pagar por el coste total que imponen a los demás, en forma de contaminación ambiental local, precios más altos de la energía y los impactos del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero en el clima».

La Casa Blanca destaca un informe del New York Times que afirma que la cantidad de energía utilizada por 34 de las mayores operaciones de minería de criptomonedas, equivale a la energía utilizada por los 3 millones de hogares de los alrededores.

Además, añade que la cantidad de electricidad utilizada en el minado de criptomonedas en Estados Unidos en 2022 fue similar a la que se utiliza para alimentar todos los ordenadores domésticos, o la iluminación residencial del país.

El artículo continúa diciendo que el consumo de energía asociado a la minería de criptomonedas tiene repercusiones negativas en el medio ambiente, la calidad de vida y las redes eléctricas. Está claro que la administración Biden quiere un impuesto para criptomonedas, siendo el factor climático una de las principales razones para mantener una regulación, por mínima que sea, en forma de impuestos.

Agravio comparativo

Sin embargo, otras industrias que utilizan mucha electricidad, como la química y la siderúrgica, no están siendo gravadas por su consumo eléctrico. La Casa Blanca dijo que es porque estas industrias son vitales para la economía, el suministro de puestos de trabajo y otros elementos esenciales, mientras que las criptomonedas son volátiles y pueden plantear riesgos para el sistema financiero.

«Al mismo tiempo que los beneficios (de la criptominería) no han sido plenamente documentados, existen preocupaciones sobre el riesgo para la estabilidad financiera, y sobre todo de las preocupaciones ambientales», dijo la Casa Blanca.

Un activo de inversión que ha venido para quedarse

Los gobiernos de muchos países comparten las preocupaciones de Estados Unidos sobre los problemas ambientales y de otro tipo derivados de la minería de criptomonedas. China la prohibió en 2021 -lo que llevó a EE.UU. a convertirse en el nuevo líder mundial de la minería-, al igual que otros ocho países. En otros lugares, varios estados de EE. UU ahora restringen la minería de criptomonedas, o cobran precios más altos de electricidad por la práctica.

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