Actualmente, la evolución IT va consistentemente alejándose del hardware y aumentando su nivel de abstracción. Por supuesto sigue siendo necesaria una plataforma de hardware para ejecutar programas, pero cuando el hardware se “virtualiza”, es decir, se convierte en software especializado, ganamos enormemente en flexibilidad y portabilidad.
Podríamos afirmar que actualmente eso es lo que representa la virtualización y su última evolución, los contenedores.
¿Qué son los contenedores?
Para comprender los contenedores es práctico compararlos con una tecnología ya muy implantada, la de la virtualización. Una máquina virtual, encapsula todo el software (sistema operativo y aplicaciones) que se solía instalar sobre un servidor físico.
Esto aporta muchas ventajas, como la abstracción del hardware subyacente, el cual permite garantizar la correcta ejecución de la máquina virtual, sin cambios, sobre cualquier servidor donde se instale el hipervisor correspondiente, y el aislamiento real de procesos, que permite ejecutar varias máquinas virtuales sobre el mismo servidor físico con total independencia entre ellas, aprovechando mucho mejor el hardware disponible.
Eficiencia de la virtualización
No hay que perder de vista que lo único de valor en el CPD son las aplicaciones que uno mismo ejecuta y esas aplicaciones necesitan muchas cosas por debajo.
Por ejemplo, si buscamos montar una base de datos, tradicionalmente habría que comprar un servidor, instalar en ese servidor un sistema operativo, que es el software, que va justo encima del hardware, y sobre el que se ejecutan programas.
Hay que recordar que el sistema operativo ofrece ya una forma de virtualización, porque permite que un programador cree una aplicación para mostrar una ventana o guardar datos en el disco
Y todo sin tener que preocuparse de qué modelo de disco se trata, de si es un disco local o remoto, o de qué velocidad de refresco emplea la pantalla.
De esos detalles se encarga el sistema operativo y el programador se puede dedicar al desarrollo de aplicaciones a un nivel de abstracción superior.
Optimización de la virtualización
La virtualización ha supuesto un paso más allá de la abstracción que ofrecen los sistemas operativos: cada vez que el hardware se queda obsoleto o hay que reemplazarlo, o se cambia de proveedor o de marca.
Anteriormente se requería embarcarse en un proyecto de instalación desde cero en un nuevo hardware que requería nuevos drivers cuyo rendimiento había que verificar.
Nuevas configuraciones, documentación, migración de datos, periodo de pruebas, y un largo etcétera. Todo ello era disruptivo, caro y arriesgado.
Con la virtualización, la instalación de todas las capas de software se hace una sola vez dentro de una máquina virtual. Todas estas dificultades desaparecen ahora y se abre la posibilidad de obtener optimizaciones adicionales impensables en entornos anteriores.
Uno de los ejemplo es la distribución automática de las cargas de trabajo en un clúster. Esto supuso una revolución y es el motivo por el que el mundo empresarial al completo adoptó esta tecnología.
Artículo escrito por Pablo Hernández Ramiro, Ingeniero de Sistemas en GTI Software & Networking