Entramos en el cambio de década, un cambio que parece ser disruptor para muchas empresas. Comienzan a implantarse planificaciones previstas o propósitos de las mismas en prácticamente todos los ámbitos y departamentos. Sin embargo, la formación de los empleados (de cualquier nivel) suele quedar relegado a un segundo plano.
Esta falta de formación habitualmente trae consigo otros problemas derivados del tipo: falta de motivación, falta de conocimientos específicos y consecuentemente pérdida de dinero, pérdida de trabajadores que se van a otra empresa…
Las excusas
La mayoría de los jefes de proyecto o managers no contratarían (en principio) a ninguna persona que no tuviera la cualificación necesaria. Pero es diferente cuando se trata, no de no tener cualificación, sino tener menos de la necesaria. Lo peor de esto es que muchas veces estas personas ya están dentro de la empresa.
«No tenemos dinero para pagar esa formación»
«Estamos demasiado ocupados ahora para detenernos a aprender eso»
Son las excusas más vistas en cualquier organización de cualquier tamaño. Y ojo, que esto puede ser verdad. Pero es necesario fijar fechas y momentos en los que nuestros procesos no se vean tan afectados y establecer unas fechas concretas. Reciclar los conocimientos de todos los empleados para aumentar su productividad es a día de hoy uno de los mayores retos, tanto por su propio bien como por el de la empresa.
Las verdades sobre la formación a empleados
Alguno lo hemos mencionado anteriormente, pero no está demás el recordarlo:
Aumenta la felicidad
Los empleados que no consiguen sus metas o que no sienten que la empresa les ayude a alcanzarlas suelen ser infelices. No suele ser uno de los motivos de la pérdida del empleado pero sí como algo a valorar cuando alguien cambia de trabajo.
Aumenta de la productividad
Por supuesto, como hemos comentado recientemente, la formación adecuada a cada puesto de trabajo aumentará el rendimiento de los empleados. No es solo cuestión de hacer un uso de nuevas herramientas, sino perfeccionar el uso de las que ya se utilizan.
Costes de dinero y tiempo
Ambos costes se ven ampliamente reducidos y muchas veces los managers no valoran lo suficiente este apartado. Si te piden que reduzcas costes en tu proyecto, ¿qué será lo primero que buscarás? Probablemente reducción de costes en infraestructura, software, despedir personal… Pero la formación es una opción muy válida para ajustar presupuestos (y no hablemos de reducciones de tiempo).
«LOS COSTES DE ROTACIÓN DE LOS EMPLEADOS VARÍAN ENTRE EL 16% Y EL 213% DEL SALARIO ANUAL (DE EMPLEADOS MENOS CUALIFICADOS A DIRECTIVOS)»
Fuente: Beprisma
Sin formación adecuada pierdes clientes
Los empleados con una formación mala o inadecuada pueden producir errores, retrasos, pérdidas de capital, no solo para la empresa, sino también para los clientes con los que trabajas. La formación permitirá que el índice de satisfacción de tus clientes (NPS) aumente considerablemente, y por tanto, los ingresos también lo harán.
En resumen, un plan de formación a los empleados es algo básico que cualquier compañía debe tener en su calendario, pues unos trabajadores formados suponen incrementos en la producción, menor tiempo en desarrollo de tu producto o servicio, reducción de costes, aumento de la confianza en el equipo y por supuesto crear un mejor ambiente de trabajo.
Ofréceles a tus empleados la oportunidad de formarse.
Feliz entrada y salida, y buena formación para la década que viene.