La integración de ChatGPT con en el motor de búsqueda Bing de Microsoft supone una evolución tecnológica que afectará a la industria de Internet en todo su espectro: consumidores, editores y anunciantes en la web, entre otros.
En las últimas semanas, el buscador de internet Bing ha recibido mucha atención gracias a las mejoras potenciadas por ChatGPT; esto ha provocado un efecto dominó esperable pero no por ello menos impactante; el rey de las búsquedas, Google, ha perdido más de 100 mil millones dólares en capitalización de mercado. Y lo que se avecina anuncia cambios más profundos en los próximos años.
La evolución de una industria
Lo que parecía una industria de búsqueda web asentada y constante, se ha visto alterada por el hecho de que la generación de contenido ahora es inmediata, automatizada y su coste está acercándose peligrosamente a cero.
Para los internautas, el proceso de una búsqueda en internet eficiente ha tenido varias etapas que han ido de menos a más; algunas de las más destacadas han mejorado la manera de mostrar la información, como por ejemplo los paneles de conocimiento de Google, los asistentes de voz como Alexa y ahora, ChatGPT.
Esto da lugar a que, con el tiempo, surja una nueva experiencia de búsqueda donde el internauta pueda hacer una pregunta y recibir una respuesta elaborada y más completa de un Chatbot (como de hecho, ya ocurre; te lo contamos en este otro artículo) y entablar un diálogo para refinar aún más la respuesta.
¿Los Chatbots al servicio del usuario?
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce: el usuario espera una respuesta objetiva y concisa, pero el Chatbot no siempre resultará acertado. Las respuestas de este van a estar condicionadas por multitud de variables a tener en cuenta: un entrenamiento que depende del contexto y de innumerables sesgos.
Al fin y al cabo, esta tecnología tiene los elementos necesarios para abrir el camino a intereses comerciales, sesgos ideológicos y perspectivas particulares, dando rienda suelta a la manipulación.
Un caballo de Troya difícil de sortear
Históricamente, los motores de búsqueda distinguían entre los resultados de búsqueda y los resultados patrocinados o destacados (es decir, anuncios). Con estos cambios, los resultados que ofrezcan los Chatbots se pueden ver alterados, lo que minaría su credibilidad.
Además, los usuarios se verían inundados con una cantidad sin precedentes de ruido generado automáticamente en forma de sitios web e interacciones de todo tipo: correos electrónicos, publicaciones, respuestas en las redes sociales y más.
Del mismo modo, la información en las redes sociales sólo tendrá sentido si los bots no la manipulan. Las fuentes de confianza se volverán aún más esenciales a medida que las personas exijan hechos constatados en una vorágine de información falsa.
Posibles soluciones para un Internet más seguro
Una de las posibles respuestas a esta problemática sería el uso de Chatbots de defensa. A medida que proliferen los Chatbots, surgirían motores de búsqueda que ayuden al usuario a encontrar el bot adecuado para el perfil del internauta, alejado de la contaminación interesada de sus rivales.
Por otra parte, a medida que aumente el volumen de contenido e información, los editores web se enfrentarán a una presión sin precedentes para seguir siendo relevantes, reconocibles y valiosos.
Los títulos clickbait serían reemplazados por respuestas de Chatbot más actualizadas; las reseñas de sitos de e-commerce sólo serían informativas si están debidamente autentificadas. De lo contrario, será muy fácil crear volúmenes de reseñas falsas. Y la instauración de reglas de autentificación digital serían esenciales para la protección de los usuarios.
Al fin y al cabo, estos tienen derecho a saber si están interactuando con una persona o un bot. De esta manera, las marcas y la reputación de estas se consolidarían proporcionando respuestas auténticas y realmente útiles. En un mundo donde el qué es tan fácil de manipular, quién lo dijo se volverá cada vez más importante.
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